Belleza inmersiva
Piedra, mar y estilo de vida contemporáneo.
Se percibe una intensa energía nada más llegar a la isla.
Un lugar mágico donde cada mirada capta escenarios que parecen fotografías. La deslumbrante luz se refleja en las fachadas de los edificios blancos, y el azul de la madera de las pequeñas puertas recuerda de inmediato el agua cristalina que arremete contra el suave paisaje hecho de una vegetación, a veces salvaje, modelada por la fuerza del viento Meltemi.
Mykonos es única, enérgica y liberadora.
Las casas blancas, impolutas, se encuentran en calles estrechas, pobladas de coloridas tiendas, donde se respiran al unísono la tradición y la contemporaneidad de la multitud de personas que pueblan la isla en los meses más cálidos.
Un ambiente especial e inolvidable en el que las más de sesenta iglesias antiguas esparcidas por la isla conviven junto a villas privadas, resorts, hoteles de gran lujo y exclusivos clubes de playa, en los que el diseño contemporáneo ha construido espacios para ser vividos en una fluida e íntima conexión con la naturaleza.
Una idea de acogida turística que va más allá de la hospitalidad. Las nuevas arquitecturas parecen haber escuchado a la tierra antes de ser construidas, incorporando a su diseño una conexión inmediata con la singularidad del lugar. Los materiales a menudo son naturales, las formas están en continuidad con el paisaje, el diseño entra en la tierra con piscinas a ras de suelo que invitan a la contemplación del panorama.
Las playas de Mykonos son un símbolo de la belleza y la libertad que se respira en la isla.
El amanecer y el atardecer marcan el ritmo en los clubes de playa de moda que nunca olvidan el lado salvaje de la vida en la isla. La música, las copas y la belleza del mar son la esencia de un paisaje que conduce a la perfecta unión de elementos opuestos.
La arena sedosa de tonos dorados entra fluida en el mar azul y turquesa, en una alternancia matérica y cromática. Las bahías de Ornos, Psarou, Panormos o Kalo Livadi representan el encanto de la isla y al mismo tiempo su lado glamoroso y cosmopolita. En estos rincones paradisíacos algunos de los beach clubs más exclusivos, como Scorpios, Nammos o Alemagou, son pura evasión de la rutina en una sincronía de emociones, house-music y relax en conexión con la naturaleza.
Mykonos es el sorprendente equilibrio entre el pasado y el presente, entre la fe y el ateísmo, entre la tradición y la contemporaneidad, entre la mundanidad y la íntima contemplación.
Aquí se respira la elegancia de la antigua civilización griega, la belleza de una tradición con profundas raíces, la cómoda sofisticación del estilo de vida contemporáneo.